La expansión progresiva de los vehículos electrificados en las economías más desarrolladas del mundo es una realidad desde hace unos años, y la pandemia que aún vivimos no ha hecho más que acelerar este proceso. En nuestro continente, la Unión Europea ha establecido una serie de fases que obligan a los fabricantes del sector de la automoción a ir reduciendo drásticamente la media general de emisiones de CO2 de sus gamas. Y para cumplir con estos compromisos, los vehículos electrificados juegan un papel primordial. Pese a ello, el nivel de penetración del vehículo eléctrico no avanza al mismo ritmo en los diferentes países que integran la UE. Según el último “Barómetro de Electromovilidad” de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC) de 2020, nuestro país sigue dando pasos al frente, aunque a un ritmo todavía lento. Este informe trimestral elabora una clasificación por países según su indicador global europeo de electromovilidad, que valora y cuantifica la penetración de los vehículos electrificados en cada mercado y la instalación de infraestructuras de recarga. España avanzó hasta una puntuación de 18,6 sobre 100 en el cuarto trimestre de 2020, lo que le permite situarse por delante de países como Hungría o República Checa. Sin embargo, seguimos lejos de la media europea, que se sitúa en una puntuación de 39,9 y que progresa a una velocidad mayor que la cifra española. Noruega lidera de forma destacadísima esta clasificación con una puntuación de 261,4, seguida de Holanda, con 120,6. A bastante distancia les siguen Alemania (53,0), Francia (46,0) y Reino Unido (43,4). Seguir leyendo Seguir leyendo